Quebrarse ante lo impreciso, sin márgenes,
como un nuevo delta desbordado.
Abrir los senderos,
todos los que conducen a mí y en mí se pierden
cuando las palabras maldicen o dan fruto,
cuando el silencio tiene llaves de infinitas puertas que dan a tu corazón
o a eso que otros llaman islas de pájaros y fronda de lluvia y de tormentas.
He vivido encima de las nubes y debajo de las piedras,
voy a seguir haciéndolo porque ya no sé vivir de otra manera...
palabras y silencios,
como un veneno que al respirar inhalo,
y voy dejando, moribundo,
en las noches sin astros y sin luna
por los viejos caminos de tierra.
f.
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