Después de las lluvias llegará el silencio,
una horda de olvido húmedo que todo lo calma.
El viento altano dejará las orillas del mar,
entonces nos recorrerá y se sembrará la duda,
lo fértil del dolor, dentro, donde de verdad duele,
junto al lugar donde respiramos...
allí, donde el ahogo ya es conocido.
f.
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