Cómo olvidar la gravedad de una mano,
el sustento de una caricia,
el surco invisible que mantienen sus dedos en la piel,
la urgencia en el silencio de respirarla
y contemplarla en la plenitud de la noche...
con esa luz que imana,
suave o contundente,
quizás tímida o temblorosa,
siendo el fuego o una pregunta en la oscuridad.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario