No sé qué hay de mí en otro,
mantengo roto este perdido guión de los conceptos,
aunque sienta en mí las raíces de todas las emociones.
No hay un solo hombre que sea solo él,
siempre tenemos sombras que nos contemplan
desde un lugar inhabitado y silencioso...
un quehacer de eternidad que apenas reconocemos
aunque nuestro corazón seguro que lo sabe.
f.
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