Las luces en la noche arden alrededor de nosotros,
la lluvia de septiembre
se ha dejado media vida entre mis manos.
Todo parece azul detrás de las palabras,
se agrieta el tiempo cuando me contestas
y miras adelante, fijamente,
parece que tienes
en la oscuridad de la carretera
un extraño confidente,
alguien anónimo a quien confiarle tus secretos.
El mar solo se escucha cuando golpea las rocas,
respira entablando su decálogo de obviedades
mientras la sombra de los pinos
apenas deja ver lejanos barcos,
que tiritando en la penumbra
son como nosotros,
pequeños mundos navegando en soledad.
f.
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