Contemplo el silencio, su paisaje de nubes,
la cercanía de roce que tiene el viento,
su murmullo lleno de tristeza tras la noche.
Llega lentamente la hora de la hogaza caliente,
el café recién hecho,
la soledad dibujada en las paredes
como una mancha antigua y perenne.
Llega el quehacer de la luz
-- la luz deshaciendo todos los misterios --
trae consigo la caída sin ambages en la melancolía
con el toque a arrebato en el tintineo metálico de la loza
y expuestas en la mesa todas las preguntas,
las cartas de una baraja a las que nunca hemos aprendido a jugar.
f.
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