Una o dos veces, siento los golpes,
me derrumbo y espero la humedad de tu boca.
No sé si traerás el sabor del amaranto,
la dulce ebriedad de cualquier viaje
o el sabor salado que tienes de mar cuando te recorro.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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