Tengo el tiempo marcado con hojas de cristal y de lluvia.
Soy demasiado exigente conmigo mismo
y abro las ventanas para que salgan los pájaros
cuando el silencio se desnuda y me ofrece su cuerpo,
mientras mi voz tiene seguro la cadencia del horizonte,
una línea cóncava que deja la distancia.
Tiznadas mis manos del polen de las flores de mayo,
todavía pienso en ese esfuerzo que me deja la noche,
con sus lágrimas saladas en la anochecida.
f.
Fotografía de Maria Holguera
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