Mejor así, tan mortal y efímero como cualquier eco.
Nada nos redime,
ni siquiera esta nueva luz
que a dentelladas abraza la mañana.
No, solo hay un espacio abierto a las nubes,
al vuelo impreciso de los pájaros,
al caer sobre el costado,
sobre el lado doloroso de las cosas intrascendentes,
un deshacerse que ahoga la respiración
y que nos da de la noche un viaje sin promesas,
ríos profundos que sin urgencia
nos llevan al fin de los sueños.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario