Respirar es algo que hacemos trece veces por minuto
mientras pasa el azar por delante de nosotros.
No hay noche sin el lento repaso de lo que se lleva la fortuna.
Un silbido del viento en las ventanas
o el caer sin prisas de la lluvia
con su silencio ajeno al mundo
es algo de lo que empapa mi vida.
Pude ser el latido de un pájaro,
la noble frase que encierra un adiós,
la mirada sin prisa que pide perdón…
Aunque ahora al pensarlo y escucharme respirar,
tenga claro que todos los días el crepúsculo
se lleva, con su línea roja, parte de la muerte que atesoro.
f.
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