Me rodea la oscuridad o es solo la ceguera del hombre que contempla el mundo como vería a un desierto donde campa a sus anchas el viento.
Hay una luz, un temblor, un color indefinido, sin márgenes, en cada cosa inerte que nos rodea o en cada ser que respira cerca de ti y notas el vaho impensable del vértigo.
Nunca sabes encontrar el nivel del miedo, el trance que te hace despertar y mantener en vilo tu insomnio ante lo que no ves pero sabes que está...a veces, mis lágrimas son lo que me salvan, como las de niño que en la soledad de una cama sustentaba un cuerpo ínfimo, y se sentía como un perro rodeado de sollozos ajenos y salmos cantados en otros pisos de horas perdidas a un dios que solo se dejaba notar en el tintineo de las campanas...
Nunca acabas de descubrirte, eres parte de una trama en la que todo se sucede y tú solo sostienes tus pies firmes mientras por dentro piensas "ya queda menos, no te derrumbes...ya queda menos".
f.
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