¿Cómo no morir así, bajo esta lluvia incesante de silencio?
La brisa se ha detenido en la fronda de los árboles.
Sin prisas y certera, la luz camina en el aire.
Yo te pienso contemplando el deshacerse de la niebla.
Vuelco en mis manos la humedad del instante,
hay un vestigio de lágrimas,
el azul del mar, el vaivén de las mareas y las olas,
el tiempo cayendo a plomo sobre las últimas palabras que dijimos.
f.
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