Muevo los dedos y pronuncian el nombre de los pájaros.
Asisto a este deshacerse del día,
cae sobre mí toda la lluvia
que trae de nuevo el frío,
me entrego a un invierno
que nunca se va muy lejos de mi aliento.
Presiento su cuerpo,
ciertas formas que rotulo desde la distancia,
así, el aire, respira de su boca,
sabe al adviento que traerá de nuevo
la luz y la nostalgia.
f.
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