Me urge esta letanía de tu cuerpo,
este bajar a los infiernos en la espera,
peldaño a peldaño,
y hacerlo desde tus hombros
por las vértebras
que dan vida a tu espalda.
Recordar mi instinto navegante,
buscando en ti
islas y selvas de pájaros cantores,
cuando mi boca, mis labios,
dejaban rastros de sed en tu piel
y te hacía gemir despacio mi nombre,
como si eso fuera lo último
que la vida te iba a dar…
mi cuerpo sobre el tuyo,
tu deseo vencido por el mío.
f.
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