Acoso el lugar de las palabras,
un faro que inunda mi noche
con sus enigmas en morse.
Después de la soledad
cada símbolo trae del fuego
cierto sabor de labios cansados,
la tibia presencia de las horas muertas,
el aroma a otro
que dejan los preámbulos
en las manos ardientes.
f.
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