No sé dónde perdí aquel vuelo de pájaros.
Sentí junto a mi piel un frío desolador,
el verbo y su silencio,
la palabra quedó yerma al saberme solo
cuando uno a uno se deshicieron con la lluvia todos los mitos.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
No hay comentarios:
Publicar un comentario