Te respiro.
Eres la noche y la humedad secreta.
Inabarcable
como el humo azulado de tus cigarrillos,
valoro en poco el precio que me cuestas,
y busco encimarme a tu espalda,
mordisquear tu nuca,
aferrarme a tu cuerpo,
anidar en ti
la branza de mi deseo.
f.
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