Oigo los pájaros en la frondosidad de la noche,
un muelle con pequeñas antorchas
cuando tú me nombras.
Los pasos traen sonidos del verano,
una corriente eléctrica de lluvia y relámpagos,
la oscuridad entre los árboles
y la piel mojada en el deseo de las sábanas
aunque no importe que sea un suelo de humus
y suene la canción que todavía nos atormenta.
f.
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