Crece despacio el silencio.
No es la sombra de la sombra
si no la cautiva mirada de la noche.
Hay un ayer que presagia lluvia,
tu mano entró en la “Bocca della Veritá”
y desde entonces todo es diferente.
Me hundo, soy de raíces profundas.
Cada amanecer trae un pájaro nocturno
nombres del olvido en su pico ensangrentado.
Hurgo de nuevo en el devenir de tu deseo.
Tendida sobre la tarde te alargas
como si el fuego tuviera de tu cuerpo cierta nostalgia.
Bajo esta máscara camina un hombre.
Que sencilla es la vida
cuando la verdad no te compromete.
f.
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