Llega la noche y se hace una trama de oscuros mimbres donde refugiar las palabras y el fuego. Un quehacer de lluvia y soledad, sin más, mientras la labor de las abejas tiene el aroma de la miel y un rumor que duele y que posee el poder del silencio. La verdad es porosa y se yergue como una vela encendida en los bordes de la palabra…pero callo, debo contemplar todas las variables y en ese juego disparar el revólver en mi sien…tal vez esta ruleta rusa me deje sobrevivir hasta el amanecer un día más.
f.
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