He descendido por ti desde tu boca hasta llegar,
con los ojos abiertos, a tus pies y al borde de la cama...
Desnudo he abandonado la habitación y me he ido a vestir al salón.
Sin ruidos, recogiendo la ropa desperdigada por el sofá.
He abierto la puerta y llamado al ascensor.
Era demasiado pronto para las negaciones y demasiado tarde para las preguntas.
f.
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