Habito la distancia que me dejas,
en ella voy edificando una ciudad para tu anhelo.
Dura mucho el dolor y sin embargo,
todo lo que tenemos,
tiene la humildad de las flores del campo.
Ven, ven despacio hasta el asombro,
hay un incendio en el cielo,
una arena roja donde establecer los tiempos,
ahora que el mundo calla y tú y yo somos la eternidad,
ese estado donde palpitan las cosas pequeñas y hermosas.
Ven...estoy tocando la canción que nunca nos olvida.
f.
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