Una isla al amanecer
Abro los ojos…
me deslizo unos segundos por la verdad del amanecer.
No me he perdido
y sin embargo desembarco de un naufragio
del que solo al tocar su espalda,
todavía durmiendo,
sé donde estoy:
Encuentro la isla,
el cuerpo donde habita
algunas de las pocas cosas
que todavía me conmueven.
f.
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