Donde todavía hay un temblor que estremece sé que hay un hombre.
Donde se abre una puerta y luego hay otra que solo guarda oscuridad,
hay un instante donde el miedo me da su reflexión.
Una mano no sabe deshacer un nudo
y sin embargo tiene en sus dedos labores que asombran...
voy a dejar en el hilo del silencio
un hueco de sombra, un dolor sin llaga.
La marea me ha traído los restos de la noche...
no hay pájaros, pero yo escucho algo que suena a melodía.
f.
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