Detrás de la pérdida de un Imperio un pueblo habita sus ruinas.
Sus calles tienen siempre la triste soberbia de otro tiempo
y la humildad casi imperceptible de su derrota.
Mis ojos buscaron en Istambul esos ecos,
y sin entender nada de su lengua,
intuí ver en sus miradas
la ausencia que sin palabras deja la historia.
f.
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