Poema XIII
Paseaba por el bosque. Escuchaba los pájaros.
La bruma azulada recogía el cercano Manhattan.
Era una extraña figura de hombre,
vestido con un traje y un pintoresco gorro,
parecía que había perdido el hilo de las calles y las avenidas.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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