Es mayo en París y sin embargo en los cafés ponen todavía calefactores en los veladores.
Es mayo y la cerveza 1664 a presión, fría y suave tiene las sensaciones de un ciego en la boca y da serenidad a esta tarde tras recorrer la ciudad y varios de sus museos.
El café de S.Severin está enfrente de la iglesia del mismo nombre y la calle es estrecha y llena de otros cafés y pequeños locales comerciales donde pulula gente diversa que pasa rozándome en esta tarde cubierta y gris y con un aire frío pero que no resta nada de color a la ciudad cosmopolita…me veo rodeado por personas hablando árabe, inglés y por supuesto francés…“merci” me dice el camarero llevándose con aprobación la propina, mientras cerca un buscavidas muy maduro acepta dinero, bebida, tabaco picado, realizando un trabajo muy serio de teatro calculado que lo hace casi irresistible…la ciudad de los prodigios cobra pujanza en sus manos…Así y todo es mayo y París arde en una fiesta de turistas y apreciar estos instantes, este ambiente ebrio y fecundo que sale de natural es otra forma más de ver la ciudad.
Es mayo y la cerveza 1664 a presión, fría y suave tiene las sensaciones de un ciego en la boca y da serenidad a esta tarde tras recorrer la ciudad y varios de sus museos.
El café de S.Severin está enfrente de la iglesia del mismo nombre y la calle es estrecha y llena de otros cafés y pequeños locales comerciales donde pulula gente diversa que pasa rozándome en esta tarde cubierta y gris y con un aire frío pero que no resta nada de color a la ciudad cosmopolita…me veo rodeado por personas hablando árabe, inglés y por supuesto francés…“merci” me dice el camarero llevándose con aprobación la propina, mientras cerca un buscavidas muy maduro acepta dinero, bebida, tabaco picado, realizando un trabajo muy serio de teatro calculado que lo hace casi irresistible…la ciudad de los prodigios cobra pujanza en sus manos…Así y todo es mayo y París arde en una fiesta de turistas y apreciar estos instantes, este ambiente ebrio y fecundo que sale de natural es otra forma más de ver la ciudad.
F
3 comentarios:
hola, te sigo hace tiempo, empecé con "la música de mi vida" y poco a poco he ido añadiéndote. Gracias por llevarme de paseo por París, nada más.
solia pasarme las tardes, al menos alguna tarde, en un cafe sobre Champs Elisees ahi nomás a un par de cuadras del Arco. No recuerdo el nombre en este momento, pero sí recuerdo las sombrillas azules en cada mesa en la vereda. Me he quedado en silencio, entrecerrando los ojos escuchando el ruido ambiental mezclado con el aroma del café. Me dio nostalgia
un saludo, Fernando
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