No sé donde descansar en este inmenso parque de múltiples árboles
y sin embargo siento desalambrar cada uno de mis dedos al tocarte.
Hyde Park es la extensión de un gran tapiz verde
donde se mojan mis zapatos
con las briznas de hierba que arranco y me acompañan.
En el Museo Británico subo despacio a una Acrópolis ajena a Atenas
donde me silencia el friso del Partenón o las Cariátides del Erection.
Después de esto,
¿qué le queda a un hombre por sentir en esta ciudad?
Seguro que Turner me espera otro día
para deshacerme con su "Último viaje del Temerario",
y yo sigo recogiendo tu mano en la mía,
sintiendo el frío de la lluvia estremecerte,
incrédulo en el viejo Underground de innumerables paradas,
donde un crisol de razas humanas, lenguas y religiones,
me recrea en este submundo, donde solo se murmura,
algo muy parecido a la globalidad de la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario