Era una noche cualquiera de verano, desde mi ventana veía unos campos abandonados, ella tecleaba en una vieja maquina de escribir una letanía de palabras llena de principios donde Vitrubio y los grutescos andaban a la par que las viejas estampas de Durero y los cuentos sobre santos y mártires de La Leyenda Dorada.
Fumaba entonces cigarrillo sin filtro, Chesterfield y Luky Strake y con el sonsonete de las tesinas en la radio podíamos escuchar El Diario Pop de Radio3…allí, allí descubrí esta canción y se quedó para siempre conmigo musicando con otras pocas estos momentos inolvidables de mediados de los 80.
1 comentario:
Y para mí. Esta y "Por amor al comercio". Especiales a más no poder, estos Esclarecidos.
Un beso, que lo paséis de miedo...
Publicar un comentario