Entonces, cuando dejo de amarte
y nos separan los centímetros del sueño,
nace un alejarse lentamente desde dentro
aunque cada cuerpo rebosa todavía del otro
y tengamos enlazadas las piernas
y los brazos aún nos acojan.
Sentimos despacio desanudar la branza
partiendo cada uno en un bajel pequeño
desde el muelle
que siempre nos deja nuestro propio silencio.
y nos separan los centímetros del sueño,
nace un alejarse lentamente desde dentro
aunque cada cuerpo rebosa todavía del otro
y tengamos enlazadas las piernas
y los brazos aún nos acojan.
Sentimos despacio desanudar la branza
partiendo cada uno en un bajel pequeño
desde el muelle
que siempre nos deja nuestro propio silencio.
5 comentarios:
Exquisita descripción de la placidez después del único desenlace.
Espléndido, como siempre.
Saludos.
Uno no debería separarse nunca del jardín donde hace ciertos los deseos.
Un abrazo poeta querido, tus letras son un hechizo.
M.
Un delicioso poema para ese delicioso momento que sigue a la tormenta.
Un abrazo tío!
Un alejarse desde dentro que no te deja irte nunca...
Besos.
Breve pero intenso.
Después del amor...queda también amor
Saludos
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