la lumbre posee la verdad.
El silencio arde con sus sílabas
y su atonía de inconclusos argumentos.
Ahora sé de ti en este octubre de cadencia.
Cada milímetro que alarga la sombra
en su afán de ser pétrea en los aleros,
hermética pregunta en los tejados,
nieve fluorescente en el viento,
acelera el suave descenso del silencio
con sus intactas alas de pájaro
sobrevolando como un estigma
el pequeño dolor del destierro,
esa ausencia prolongada y medida
por las leyes frecuentes de la física y de la química,
lo que escrito entre dos cuerpos
figura ser la separación,
el primer escalón para el olvido.
Fotografía de Miguel Ángel Latorre
3 comentarios:
A mi siempre me gustaron más las matemáticas, uno más uno suman dos, si falta uno ya no dan las cuentas
Quizás sea la verdad la que arde hasta abrasar los silencios y las sombras.
Un abrazo.
Sí creo que ya estamos en condiciones de saber, que la llama es la energía que forma parte de nosotros a través de todos los Tiempos.
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