No suena el bronce,
no palidece el amanecer
cuando es invierno
y la noche solo se va yendo despacio,
con demasiado sabor a tu cuerpo
entre las comisuras de sus labios
y el olor de tu piel envolviendo sus alas.
f.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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