En el silencio interior
las huellas tienen el eco de la humedad.
Respiramos y es leve el sutil movimiento creado en el espacio,
pero sin embargo, en el acto de vivir,
espiramos dióxido de carbono,
una molécula lineal, invisible ante nosotros,
que solo ante el frío dibuja el vaho que creamos,
y que se diluye, húmedo, como un parpadeo en el aire.
f.
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