No veo más desiertos que el fondo perpetuo de mi mismo,
esta hoguera de lumbre que ilumina mi oscuridad,
mientras contemplo el vuelo de los pájaros de la noche,
el silencio que me guarda su humedad
y las huellas de lo vivido
sonando para mí en las caracolas del tiempo...
la música que me habita,
las melodías que me hacen sonreír.
f.
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