Hay dos miradas en unos ojos,
una que busca lo certero,
otra que ve donde no llega la luz y su misterio.
Si acaso sirva perdernos en el acecho de otro,
cercando con silencio su cuerpo,
y a la vez cruzar los esteros,
el paisaje devoto, el páramo de la noche,
la línea quebrada donde lo azul se hace curvilíneo.
f.
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