Mido mis pasos y recorro vacilante la ciudad que habito.
Soy una sombra oscura entre las plazas y avenidas
que contempla la veraz entrega de la tarde al crepúsculo.
Todos mis viajes se hacen en círculos...
desconozco las paradas, la línea donde me quiebro
y lleno de preguntas la incertidumbre.
Sentado imperturbable en un banco
soy la percepción de la soledad...
No me duele, ya no me duele.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario