Se refleja en las cristaleras el irse de los barcos.
Lentamente pasan las horas del mediodía.
Mi corazón se escapa por las rendijas de la luz
y viaja como un bajel en medio del aire.
Busca que este instante,
esta hora plena de sol y de verano,
se haga suya para siempre,
quiere sentirse eterno en este milagro.
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