Leo de lejos un verso sin historia
como si sus palabras
fueran parte de un árbol seco
con sus hojas marchitas,
su tronco tornado ya en madera.
No pretendo dejarme llevar por su desolación,
es terrible cada día que pasa,
la urgencia y su poso de humus que tirita en mis manos,
el largo beso de la sombra,
esta lluvia que trae huellas sin nombre,
la parte del dolor, lo anónimo,
el frío que también tiene el silencio.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario