Hay una línea roja que cruzamos en medio del atardecer.
Ardemos a ese lado del último rayo de la tarde y mi boca sabe todavía a la tuya...bebo de tus labios un trago de Blavod, sonríes voluptuosa mientras el wodka negro me quema la garganta y veo como te alejas deslizándote hacia la noche.
f.
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