Hay estancias vacías donde reposa el mundo.
Un pasillo de nombres en rojo que atesora el corazón.
Se yergue el humo de la vela,
el porvenir oscuro de la noche,
en esos alrededores donde se acalla el viento
revive la lumbre y el ángaro remoto donde sueño.
Llueve mansamente en las calles sin tiempo,
regreso del invierno y ella duerme.
La cama tiene restos del paso de planetas,
la humedad fecunda donde respira el océano.
No han venido los pájaros,
y el silencio tiene la hermosura de las deserciones.
f.
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