¿Dónde se encuentra la línea divisoria entre la lumbre y el fuego?
¿Qué haces cuando las palabras se erizan
como si fuera el agua de un lago arrumbada por el viento?
¿Qué te trae en sus rendijas la tibia costumbre de una caricia?
¿Qué se queda de ti, para siempre, en la boca que te besa?
¿Por qué los pájaros tienen en su mirada
la humedad de nuestras últimas lágrimas?
¿Qué nos guardan los silencios en su armario de sombras?
¡Qué puerta se abre o se cierra,
cada vez que en un verso aparecen ciertas palabras
que tienen el veneno de lo imposible?
Me enfrento ante esta cuchilla que corta mis venas,
me duelen tantas confusas preguntas,
la poesía ya no tiene bastante con sobrevivir al respirarme
y quiere deshacer celosa, una a una,
todas las demás opciones que me otorga la vida.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario