No he escuchado tañer al bronce llamando a la noche.
Yo soy demasiada lluvia,
demasiado viento,
demasiada niebla,
demasiado fuego...
un bosque de coníferas,
una isla rocosa.
unas humildes huellas en un desierto,
lo límpido del silencio.
He sumado mis deudas,
lo que duele.
En cada lágrima
he escrito lo anónimo del viaje,
lo que nadie sabe de mí,
porque soy sombra y soy luz,
todo lo que escribo en el aire
y se va entre las nubes
hacia el este
buscando el mar.
f.
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