No me duele el invierno
como tampoco lo hace este largo irnos solitario,
es algo más derivado de la inexactitud,
de todo lo que los sentidos
dejan escapar en el aire,
la magnitud de lo inapreciable
que llega a nosotros, nos respira,
se hace nuestro por un instante
y sin darnos cuenta desaparece...
y entonces sentimos en silencio
lo que dicen...ha pasado un ángel...
f.
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