Mejor así, que las lágrimas solo fueran un paseo de humo.
Un viejo carguero recorriendo el Danubio, y yo viéndolo pasar apoyado en la noche, en la orilla de Pest con el frío de la primavera y la humedad del río aterida a mis huesos.
Todavía tenía esa parte de la juventud que tarda en escapar: creer en las verdades. Me alzaba sobre las cosas como si supiera discernir lo banal, separarlo, y dejar solo lo importante...
No sé que esperaba aquella noche de reflejos de luna sobre las oscuras aguas, viendo frente a mí una ciudad dormida que se dibujaba en las luces de sus calles y edificios públicos.
"Solo los suicidas miran así" me dijo al oído, y yo sonreí y quise que me apretase en sus brazos, que fuera un abrazo como solo te dan algunas veces a lo largo del tiempo, tan fuerte, tan cómplice, tan verdadero...aunque nunca más tuviera otro, ese me iba a salvar la vida.
f.
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