Eso siempre se sabe:
aunque la noche fuera de interiores y pasillos,
y tuvieras tanta humedad entre tus piernas
que pudiste saciar su sed y la tuya
e incluso creíste en ese instante impreciso de tormenta,
mientras morías en sus brazos, que era amor.
Eso siempre se sabe al amanecer,
cuando lo miras y ves a otro,
al que no quisiste ver
tomando los gintonics y sonando alta la música,
cuando te arrastró el calor del local,
su perfume de hombre,
el roce de su mano,
su primer beso,
sentir su lengua con sabor a tabaco
dentro de tu boca
y los aromas de ginebra
que te derrumbaron todos los muros y caíste con él
como podías haber sido con su amigo
...es así...lo sabes...tenías la certeza de que iba a ser así...
porque siempre sabes esas cosas,
y tu sonrisa de fatalidad y tristeza te acompaña
cuando cierras la puerta de una casa extraña en la madrugada,
con la ropa sucia de la noche nuevamente puesta,
y lo abandonas todavía en su cama,
ahora que es solo un desconocido
mientras tu cuerpo se va dejando atrás las caricias,
y borras sus manos, su sexo, su impericia bruta...
intentas borrar todo de tu memoria,
porque que ya no tiene ningún valor nombrarlo.
f.
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