Arrastro de lejos un afán de muerte,
una vez tras otra me recoge
durante las horas inciertas de las desolaciones.
Solo es un latido cansado
que tiene nombre de viejas ciudades,
bares del insomnio,
pasajes de libros,
versos rotos...
y se tiende como puentes
donde nadie espera al otro lado,
se hace ríos oscuros
con agua de la noche
o carreteras que llevan al mar...
me la encuentro
cuando recuerdo
los viejos tranvías de madera
con vías muertas,
en las estaciones de autobuses,
polvorientas, abandonadas,
o estoy en medio de un museo
o en un centro comercial...
llega como esta vida,
que sin remedio,
tiene mi corazón
atrapado en un puño.
f.
1 comentario:
¡Hermoso! Escribes con el corazón desnudando tu alma! abrazos Fernando. <3
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