No sé cuántas sombras cubren una noche,
acaso deberían pesarse al ser almas de pájaros
o sentirlas como lágrimas que te invaden.
Se enciman a ti,
se hacen dueñas de tu espalda,
son pequeñas heridas sajadas por el tiempo,
islas abandonadas,
desiertos de arena.
La ausencia adivinando tu suerte.
f.
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