El mar que fue del ayer no es hoy el mismo
aunque suene igual que en el verano
en tu interior de caracola
y el horizonte tenga las mismas líneas
que de costumbre para tus ojos.
No somos nosotros iguales,
ni las dunas conservan el refugio
donde reposábamos las noches.
Sé que el tiempo tiene su valor
y en esa estancia de vacíos continuos,
tú y yo, a veces, somos dos sonámbulos
que se buscan a ciegas en otros.
f.
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