¿Es sincera la urdimbre del crepúsculo
que siempre me silencia con su demoledora fuerza?
¿Qué debo hacer para respirar en medio de la angustia?
Desciendo los peldaños de mi atalaya,
zarandeo ciertas palabras que me inundan
y otras que como el fuego arden en mi interior...
No rehúyo la confrontación,
no debo pleitesía a ciertos argumentos razonables...
tal vez tenga que emigrar como los pájaros
o rehacer junto al mar del invierno
el quehacer contemplativo de mi otro yo.
f.
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