Poema XVII
Todo era sencillez,
cada nota se hacía un hueco en el silencio,
surgía como la pincelada de una mirada contemplativa,
en el que él con su perilla de cabra montesa
se arrumbaba con nosotros y de nuevo creaba un milagro.
La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco
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